La técnica del examen abdominal
varía según las molestias que sufre el paciente y el proceso patológico que se
investiga.
En el abdomen se ubican distintas vísceras, entre las que
destacan el hígado y vías biliares, gran parte del tubo digestivo; el bazo;
riñones, uréteres, vejiga; glándulas suprarrenales; además, en la mujer: útero,
trompas de Falopio y ovarios y, en el hombre, la próstata. Cada una de estas
estructuras tiene una ubicación y tamaño, desempeña funciones y es fuente de
alteraciones y enfermedades.
Examen
de elección
El objetivo de este
examen es comprobar que no hay tumor abdominal; que las vísceras no están
aumentadas de volumen o en posición normal.
Lo fundamental para
el examen es lograr que el paciente este relajado y sin molestias.
Inspección
Debe observarse el
contorno general del abdomen, la presencia o ausencia de venas distendidas y
los movimientos respiratorios. El ombligo normal esta ligeramente retraído e
invertido. La eversión umbilical puede ser signo de distensión o liquido
intraabdominal.
Auscultación
La auscultación
sistemática del abdomen es buena costumbre que adquirir, ya que familiariza al
examinador con los ruidos peristálticos normales.
Palpación
Es lo fundamental del
examen abdominal corriente. Son esenciales una buena relajación y la
cooperación del interesado. En primer lugar, se recibirá el tono del
músculo recto mediante ligera presión de la mano apoyada de plano contra el
abdomen.
Hígado
El hígado no
puede palparse, pero en personas delgadas puede percibirse a nivel del borde
costal, un hígado palpable no es necesariamente patológico. La palpación
se efectúa como sigue: los dedos del examinador se colocan planos sobre la pared
abdominal inmediatamente por debajo del borde costal y se deprimen con los
dedos de la otra mano. Se indica al paciente que respire profundo y los dedos
que palpan se comprimen con cuidado hacia adentro y arriba cuando palpen el
hígado cuando desciende con la respiración. La maniobra se repite varias veces;
sino se percibe el borde, el hígado probablemente no este aumentado de volumen.
La percusión debe
iniciarse en la línea axilar anterior a nivel aproximadamente del cuarto
espacio intercostal, siguiendo la hacia abajo hasta que la nota resonante quede
substituida por la macicez hepática.
Vesícula biliar
La vesícula biliar
normal no puede palparse. Una vesícula biliar distendida puede percibirse
inmediatamente por debajo del borde inferior del hígado, aproximadamente a
nivel del borde externo del músculo recto del abdomen.
Bazo
Normalmente el bazo
no es palpable. Se busca colocando la mano izquierda por detrás en el flanco,
debajo del borde costal en la línea axilar media. Se indica al paciente que
respire profundo y se insinúan con cuidado los dedos en el cuadrante superior
izquierdo del abdomen.
Riñones
El riñón izquierdo se
palpa con la mano derecha, mientras la mano izquierda comprime el flanco desde
atrás, desplazando hacia arriba. La maniobra es similar a la de la palpación
esplénica, pero la mano izquierda se coloca algo más hacia abajo y la mano derecha
algo mas hacia la línea media.
El riñón izquierdo no
se palpa a menos que este aumentado de volumen o en posición anormalmente
baja.
Vejiga urinaria
Si la vejiga urinaria
esta llena, puede palparse inmediatamente por encima de la sínfisis
pubiana como una masa sensible, lisa de forma ovoide. La presión ejercida sobre
la misma despertara ganas de orinar. La palpación permitirá delimitar la forma
ovoide de la vejiga distendida, sin dejar duda acerca de su naturaleza.
Colon
El colon ascendente, el ciego, el colon descendente y
el sigmoides muchas veces pueden palparse. El ciego y el colon derecho se
perciben en el cuadrante inferior derecho como una masa redondeada, blanca
ligeramente sensible.
Reflejos abdominales
El examen sistemático
sigue con la investigación de los reflejos abdominales. Se rasca ligeramente la
piel en cada uno de los cuatro cuadrantes. La contracción de la musculatura se
manifiesta por el brusco movimiento del ombligo hacia la zona estimulada.
Valoración de una masa abdominal
El examinador ha de tener la seguridad de que lo que
parece una masa abdominal no es una estructura normal. En este punto caben
muchos errores. La vejiga distendida, el útero grávido, el borde resistente del
músculo recto del abdomen, el promontorio del sacro y la aorta y dilatada
de una hipertenso, todas estas estructuras han sido consideradas erróneamente
como tumores abdominales de etiología diversa.
En pacientes delgados
pueden palparse el promontorio del sacro y considerarse erróneamente un
tumor de la línea abdominal media, sobre todo por cuanto es sensible a la
palpación. La contracción voluntaria del músculo recto, sobre todo en pacientes
obesos, suele producir un tumor epigástrico.
Hígado aumentado de tamaño
La inspección puede
revelar el contorno de un hígado hipertrofiado que se extiende por abdomen
superior derecho epigastrio. Un hígado hipertrofiado es fácil de descubrir por
palpación cuando el paciente esta bien relajado y no hay distensión abdominal.
El dato diagnostico característico es el borde netamente palpable. Puede ser
romo en caso de cirrosis, o irregular y nodular si la hipertrofia depende de
carcinoma.
Vesícula
biliar aumentada de volumen
La vesícula biliar
aumentada de volumen se palpa como un tumor redondeado liso en el cuadrante
superior derecho.
Una vesícula biliar
aumentada de volumen y muy sensible a la palpación es característica de
colecistitis
aguda.
Una vesícula biliar
aumentada de volumen no dolorosa, en presencia de ictericia obstructiva, es
característica de obstrucción maligna de las vías biliares. En presencia de
obstrucción por cálculo biliar, la vesícula suele estar enferma por haber
sufrido colecistitis recurrentes, y no se halla en condiciones de dilatarse.
Bazo aumentado de volumen
El único signo neto
del bazo ligera o moderadamente aumentado de volumen puede ser un impulso
percibido por las puntas de los dedos que palpan cuando el paciente
inspira. La percusión puede confirmar la presencia de cierta hipertrofia
esplénica.
Si se sospecha de
esplenomegalia, hay que buscar los signos físicos de hiperesplenismo, debe
investigarse conjuntivas, mucosa y piel en busca de palidez, púrpura o
ictericia
Riñón
aumentado de volumen
El polo inferior del
riñón derecho muchas veces resulta palpable. El riñón izquierdo, cuando es
palpable, esta aumentado de volumen o desplazado hacia abajo.
El aumento de volumen
de ambos riñones hará sospechar enfermedad poliquística condenita. Un aumento
renal netamente anterior suele depender de enfermedad neoplásica. El órgano
parece conservar su situación posterior incluso en caso de gran aumento de
volumen por hidronefrosis.
Vientre Agudo
Inspección
Debe observarse la
posición que adopta el paciente. En caso de cólicos intensos, no podrá quedarse
acostado y tranquilo, si hay infección peritoneal estará inmóvil con sus
rodillas flexionadas a pesar del intenso dolor. Cabe observarse la expresión de
su cara y la frecuencia respiratoria.
Obsérvese el pulso.
El carecer y frecuencia del pulso constituyen datos de primerísima importancia
para saber la gravedad de un proceso abdominal agudo.
Después de la
inspección del abdomen hay que examinar la región inguinocrural y los
genitales externos masculinos, con lo cual el examinador nunca pasara
inadvertida una hernia incarcerada o estrangulada.
Auscultación
El examinador debe
conoce bien los sonidos peristálticos normales. Cuando se sospecha abdomen
agudo, el peristaltismo puede estar aumentado, disminuido o ausente. La
ausencia de peristaltismo significa que hay íleo paralítico por irritación
peritoneal difusa. El peristaltismo aumentado suele manifestarse en tres
formas:
1) el
borborigmo intenso y casi constante que varía de intensidad si caracteres
definidos se observa en la gastroenteritis aguda o en los trastornos digestivos
por transgresiones dietéticas.
2) Menos
comunes, pero mucho más importantes, son los ruidos producidos por las
contracciones rítmicas de los intestinos en la obstrucción mecánica aguda.
3) En
la obstrucción parcial crónica del intestino delgado bajo y en las fases de recuperación
de una inflamación peritoneal difusa se perciben gorgoteos sonoros y ruidos de
retintín cuando las asas dilatadas y llenas de líquido sufren contracciones
periódicas.
Palpación
Se comienza por
indicar al paciente que tosa. En caso de inflamación peritoneal aguda esto
suele despertar un brusco dolor abdominal agudo localizado en la zona afectada.
La rigidez total de
ambos rectos indica irritación peritoneal difusa. La rigidez unilateral amplia
es de origen reflejo y se observa acompañando al dolor renal agudo. La
palpación simultánea de ambos músculos rectos tiene valor para determinar el
grado y carácter del espasmo abdominal.
Percusión del abdomen
La percusión delicada
es útil para localizar una zona de hipersensibilidad. A veces también revela
una zona inesperada de macicez coincidiendo con hipersensibilidad, esto hará
sospechar una masa hasta entonces inadvertida que desplaza los
intestinos.
Pruebas Especiales
Dolor de rebote. Este
signo se descubre ejerciendo presión intensa sobre el vientre en un lado lejos
de la zona donde se sospecha un proceso inflamatorio agudo y luego suprimiendo
bruscamente tal presión. Cuando la pared abdominal regresa rápidamente a su
posición normal el paciente percibe un dolor agudo en la zona donde ejerció la
presión o bien a nivel del proceso inflamatorio.
Prueba del psoas
iliaco. El paciente intenta flexionar su muslo contra una
ligera presión ejercida por la mano del examinador. Se produce dolor si hay un
proceso inflamatorio rn contacto con el músculo psoas.
Prueba del obturador.
Se flexiona el muslo en angulo recto y luego se gira hacia fuera y adentro.
Signo del dolor contra
lateral. La
presión en un cuadrante alto del abdomen ejercida profundamente y en dirección
al lado afectado muchas veces produce dolor si la enfermedad es intraabdominal
no lo causa si el proceso de halla por encima del diafragma.
Paro respiratorio
(Murphy). Es
signo excelente de colecistitis aguda. Se dice al paciente que inspire
profundamente y al mismo tiempo se ejerce presión intensa contra la pared
abdominal en la región de la vesícula biliar.
Color azulado del
ombligo. Puede
observarse tinte azulado de la piel del ombligo en caso de hemoperitoneo
extenso. El fenómeno fue descrito original como signo de embarazo ectópico
roto.
Signos Diferenciales en el
Abdomen Agudo
Los signos
diagnósticos diferenciales de los procesos abdominales agudos no
corresponden a esta obra. Sin embargo como un examen físico efectuado con todo
cuidado establece si procede o no operar.
Apendicitis aguda
Las manifestaciones
de esta enfermedad son innumerables. Puede simular casi todos los demás
procesos abdominales agudos. Las diferencias de localización del apéndice y de
extensión e intensidad del progreso del proceso inflamatorio explican la gran
variedad de síndromes clínicos.
Inspección
En las primeras fases
el paciente quizás no parezca muy enfermo. Se queja de dolor persistente que
suele aumentar con el movimiento. Prefiere estar acostado y quieto.
Auscultación
El peristaltismo
puede estar disminuido, pero suele ser normal.
Palpación
El dolor producido
por la tos se referirá al cuadrante inferior derecho. Palpando el abdomen con
un dedo se comprobara dolor bien localizado en el cuadrante inferior derecho en
la zona del punto de Mcburney.
Variantes de la
apendicitis aguda
Apendicitis
retrocecal
Apendicitis pelviana
Apendicitis iliaca
Apendicitis con ciego
descendido
Colecistitis
aguda
Inspección
La frecuencia
respiratoria suele estar, a veces tanto que puede sospecharse neumonía.
Esta taquipnea puede atribuirse en parte a que la vesícula aumentada de
volumen y con inflamación al respirar entra en contacto con la pared anterior y
aumenta el dolor.
Auscultación
Siempre hay
peristaltismo puede ser muy activo. El abdomen silencioso suele ser signo
tardío e indica perforación de la vesícula.
Los signos de
percusión con el puño y de paro inspiratorio suele ser positivo.
Palpación
En las primeras
etapas de la enfermedad la palpación con un dedo localizara el dolor a nivel de
la vesícula biliar. No hay rigidez pero en muchos casos el espasmo voluntario
es tan intenso que hay que tener cuidado para excluir el espasmo muscular
verdadero.
Ulcera
gástrica o duodenal perforada
Los signos físicos
varían según la etapa de la enfermedad. El colapso puede dominar el cuadro si
el paciente se examina poco después de iniciado el proceso.
Ulcera duodenal perforada con salida lenta de contenido
En ocasiones a partir
de una ulcera duodenal perforada el contenido del intestino escapa poco a poco
y en cantidad tan pequeña que no se produce contaminación de la cavidad
peritoneal libre.
Perforación posterior de ulcera duodenal
Una ulcera duodenal
puede perforarse posteriormente hacia el páncreas o el tejido retroperitoneal.
Los signos abdominales pueden ser ligeros o remendar una pancreatitis aguda.
Pancreatitis aguda
En las enfermedades
pancreáticas los datos abdominales pueden ser mínimos o incluso nulos dada la
posición protegida del páncreas detrás del estomago, colon y epiplón
gastrocolico.
Diverticulitis aguda
La diverticulitis del
colon es tan proteiforme en sus manifestaciones como la apendicitis. De
ordinario la diverticulitis causa dolor más difuso y suele haber signos
de peritonitis local incluso en las primeras etapas de la enfermedad.
Aneurisma desecante de la aorta
La lesión subyacente
es una degeneración de la media con rotura inicial de la intima de la aorta
cerca de las válvulas aorticas o en la aorta descendente cerca de la arteria
subclavia izquierda. Los pacientes suelen tener hipertensión notable.
Signos de peritonitis
La peritonitis difusa
se manifiesta por signos tan importantes que procede describirlos como una
entidad nosológica.
Inspección
El paciente se ve
grave y ansioso. el observador perspicaz descubrirá palidez facial y un ligero
movimiento de las alas de la nariz incluso en las primeras etapas del proceso.
El paciente
peritonitico esta acostado, inmóvil de preferencia en decúbito lateral con los
muslos ligeramente flexionados para relajar la musculatura abdominal.
Palpación
El dolor en todo el
abdomen, con dolor e rebote referido el punto donde se ejerce la presión, es
característico de la peritonitis difusa o generalizada. El dolor por la tos no
esta netamente localizado, sino que tiende a referirse de manera imprecisa al
centro del vientre; investigar este sigo puede ocasionar gran molestia.
Después de
administrar un sedante, y nuevamente después del periodo de inducción
anestésica, hay que repetir la palpación del abdomen, con diagnostico o sin el.
Percusión
Pues quizás permita
limitar una masa imposible de palpar a consecuencia del dolor y el espasmo. La
percusión de la zona de macicez hepática puede indicar la presencia de aire
libre en la cavidad peritoneal.
Auscultación
Descubrir
peristaltismo normal en lo que parece ser una peritonitis difusa aguda debe
hacer sospechar procesos como el coma diabético inminente.
La pleuresía
diafragmática aguda o la trombosis coronaria también pueden simular
estrechamente una peritonitis aguda.
ABDOMEN OPERADO
El examen de abdomen
operado se compara en varios aspectos con el examen del vientre agudo. También
hay algunas complicaciones más o menos peculiares de traumatismos quirúrgicos,
como retención urinaria, distensión posoperatoria, hemorragia y dilatación
gástrica aguda.
Retención de orina: es parte esencial
del tratamiento posoperatorio determinar si el paciente ha orinado
o no después de la intervención.
Distensión
posoperatoria: muchas operaciones abdominales van seguidas de un tipo
particular de íleo funcional.
Dilatación gástrica
aguda: la dilatación aguda del estomago puede ser complicación de la distensión
posoperatoria o de la peritonitis.
Hemorragia: la hemorragia
intraperitoneal posoperatoria ha pasado a ser complicación extraordinariamente
rara.
Obstrucción
intestinal: los signos de este durante el periodo
posoperatorio presentan las mismas características que referíamos al tratar el
abdomen agudo.